sábado, 10 de abril de 2010

LAS MUJERES TIENEN MENOS TIEMPO LIBRE QUE LOS HOMBRES.

Las mujeres tienen que realizar los trabajos domésticos y por lo tanto no disponen de la misma cantidad de tiempo para el ocio que los varones, que utilizan ese tiempo para el esparcimiento y el deporte.

El tiempo libre es un factor que nos puede ayudar a analizar las diferencias en los roles sociales. Destacamos que el deporte es un marco de la vida cultural en la cual las diferencias de género son fomentadas.

El ocio en general y el deporte en particular están disponibles para los que quieran dedicar su tiempo a ello. Pero el hombre tiene un número mayor de posibilidades.

En los últimos tiempos tanto la mujer como el hombre disponen de más horas de ocio que a lo largo de toda la historia, justificada por los cambios sociales -gracias a la revolución industrial entre otros motivos-. Es visto como tiempo de descanso, de rélax, de hacer algo diferente de lo que normalmente se ocupa en el tiempo de trabajo.

Pero la mujer ha estado subordinada económicamente al hombre, lo que afecta su actitud y acceso al ocio.

En las sociedades capitalistas, el dinero determina el valor, por tanto, el trabajo realizado en casa se valora menos. La mayoría de las mujeres que trabajan fuera de su casa, vuelven a ella para continuar con las tareas domésticas y su tiempo de ocio está en el lugar último de sus posibilidades.

Además la mujer argumenta -para no practicar deporte- la falta de tiempo, lo que es una limitación obvia. Y la mujer casada ve aumentadas sus obligaciones por lo que no es de sorprender que la práctica de deportes sea minoritaria entre ellas.

Otra cuestión es que el ocio necesita de un presupuesto mínimo. Si hablamos de la clase trabajadora, hay dificultades económicas. Lo que primero se resiente es el dinero para el ocio. Además, si consideramos que los ingresos pertenecen a la persona que trabaja y mantiene el hogar, es entendible que disponga del "poder" para decidir darle al dinero un uso personal. La mayoría de las limitaciones para el ocio femenino, por consiguiente, afectan más a las mujeres de clase trabajadora que a la clase alta.

Una de las causas ideológicas de la subordinación femenina es la creencia implícita en que las diferencias entre hombre y mujeres están determinadas biológicamente y son, por lo tanto, inmutables. Muchas mujeres creen estar mejor dotadas que el hombre para la crianza de los hijos, pero esto sólo refuerza su propia subordinación.


Si existiera una división del trabajo doméstico más compartida, se pondrían al descubierto relaciones no explotadas que permitirían que hombre y mujer puedan disfrutar en igual medida del tiempo de ocio .

Debido a la atribución de roles por parte de la sociedad, las niñas también disponen de menor tiempo de ocio que los niños, ya que a ellas se las responsabiliza de las tareas domésticas.


Esta distinción de roles se aplica desde la niñez, ya que a ellos se les regalan balones, coches, etcétera. Y a ellas muñecas, de forma que el juego la identifique con su futuro papel de madre.

El tiempo libre en la sociedad actual va cobrando una mayor importancia, la jornada laboral se va reduciendo, aparecen enfermedades relacionadas con el estrés provocado por el ajetreo que se vive en las grandes ciudades, y el hombre se vuelve más sedentario.

Los motivos que llevan a una persona a la práctica deportiva también son diferentes en hombres y mujeres. La gran mayoría de las mujeres que comienzan la práctica deportiva lo hacen persiguiendo el bienestar físico y psicológico.

Los modelos de un deporte masculino agresivo y violento no está bien visto que sean realizados por las mujeres, y esto determina los deportes "aceptables" para las mujeres.

La feminidad se mide por el grado de delicadeza que se tenga, por lo que lo más adecuado para ellas es la gimnasia de mantenimiento (para ser más atractiva y ser admirada por el varón), como bailes, aeróbic, etc.

Pero se puede ir cambiando este modelo en la medida que la práctica de ejercicio sea vista como un estilo de vida para el bienestar psico-físico.

Analizando un poco, se puede llegar a la conclusión de que no hay modelo de opresión masculino en el deporte; sino que algunos hombres y mujeres apoyan los modelos tradicionales y otros se oponen a ellos.

En lugar de separar la practica femenina y masculina ¿por qué no practicar el deporte de forma mixta y familiar?

No hay comentarios:

Publicar un comentario