sábado, 10 de abril de 2010

LA TOMA DE DECISIONES.

Has tomado cientos de decisiones. Muchas de ellas fueron “frías”, mientras que algunas pocas, “calientes”. Las decisiones del estilo “¿qué comer para el desayuno?” son decisiones “frías”, dado que las consecuencias de hacer una mala elección no acabarán con la evolución de la humanidad. ¿Qué podría pasar, verdaderamente, si en lugar de café con leche decides desayunar jugo de naranja?

Por otra parte, decidir qué automóvil comprar es una decisión “caliente”. Y también lo son elegir la dirección de una carrera o elegir qué programa de entrenamiento te conviene. En estas decisiones, el aspecto emotivo de las personas se ve seriamente involucrado, a la vez que se efectúan importantes apuestas a futuro. Las decisiones “calientes” deberían basarse en una evaluación informada de las opciones que tienes disponibles. Un método para evaluar estas opciones podría ayudarte a verlas de un modo más objetivo.
Evalúa tus opciones

Para evaluar tus opciones, en primer lugar, debes saber qué es lo que estás buscando y cuáles son las opciones de las que dispones. Desde ya, hay que dar por seguro que has recabado algo información sobre cada una ellas. La autovaloración y la investigación son puntos clave a la hora de sopesar tus opciones.

No desesperes si toda la información que has recolectado acerca de las posibilidades del trabajo parece resonar en tu cerebro como las piezas de un rompecabezas dentro de su caja. Cuando no haya un claro ganador entre tus alternativas, deberás intentar organizar las piezas de modo que puedas obtener la imagen completa, y por lo tanto más, clara de las posibilidades.

Muchas personas han descubierto, a través del siguiente sistema de evaluación, que se puede organizar la información de una manera sistemática que permita comparar las distintas opciones.

1. En una columna, sobre el margen izquierdo de una hoja de papel, haz una lista con las condiciones que tu decisión debe reunir.

Si estás eligiendo la dirección de tu carrera, la lista debería incluir declaraciones acerca de tus intereses, valores y aptitudes, así como de los requerimientos específicos tales como el salario mínimo inicial que aceptarías, o la duración máxima del período de entrenamiento que estás preparado a afrontar.

Si te encuentras eligiendo el programa de entrenamiento, cataloga tus preferencias en cuanto al ambiente de aprendizaje, ubicación, costo, etc. Es probable que también desees tener en cuenta la opinión de los empleadores para con cada uno de los programas de entrenamiento.

1. Organiza tu lista de requerimientos desde los más importantes hasta los menos importantes. Si quieres, puedes colocar una estrella en los más importantes.
2. grega más columnas para cada una de las opciones que estés considerando seriamente.
3. En cada columna, anota cuánto satisface cada opción a los requerimientos que has enumerado. Si no sabes cuánto satisface una opción a un requerimiento particular, necesitas realizar más investigación para determinarlo.
4. Cuando hayas comparado todas las opciones para cada requerimiento, las ventajas y las desventajas de cada opción deberían hacerse bien evidentes.



Si estás buscando la brújula de tu carrera profesional, puedes utilizar el formato de la próxima hoja de evaluación para comenzar. Puede que tengas que copiarla a una página más grande, de modo que puedas agregar más columnas y darte más espacio para insertar comentarios. Si todavía estás confundido, muestra tu hoja de evaluación a aquellos que más respetas, y discute las opciones con ellos.

¿Qué quiero?
Opción Nº 1
Opción Nº 2
Opción Nº 3

Mis intereses más fuertes.
Mis valores más importantes.
Mis destrezas transferibles.
Mi nivel de educación.
Las preferencias de mi estilo de vida.

Has tomado cientos de decisiones. Muchas de ellas fueron “frías”, mientras que algunas pocas, “calientes”. Las decisiones del estilo “¿qué comer para el desayuno?” son decisiones “frías”, dado que las consecuencias de hacer una mala elección no acabarán con la evolución de la humanidad. ¿Qué podría pasar, verdaderamente, si en lugar de café con leche decides desayunar jugo de naranja?

Por otra parte, decidir qué automóvil comprar es una decisión “caliente”. Y también lo son elegir la dirección de una carrera o elegir qué programa de entrenamiento te conviene. En estas decisiones, el aspecto emotivo de las personas se ve seriamente involucrado, a la vez que se efectúan importantes apuestas a futuro. Las decisiones “calientes” deberían basarse en una evaluación informada de las opciones que tienes disponibles. Un método para evaluar estas opciones podría ayudarte a verlas de un modo más objetivo.
Evalúa tus opciones

Para evaluar tus opciones, en primer lugar, debes saber qué es lo que estás buscando y cuáles son las opciones de las que dispones. Desde ya, hay que dar por seguro que has recabado algo información sobre cada una ellas. La autovaloración y la investigación son puntos clave a la hora de sopesar tus opciones.

No desesperes si toda la información que has recolectado acerca de las posibilidades del trabajo parece resonar en tu cerebro como las piezas de un rompecabezas dentro de su caja. Cuando no haya un claro ganador entre tus alternativas, deberás intentar organizar las piezas de modo que puedas obtener la imagen completa, y por lo tanto más, clara de las posibilidades.

Muchas personas han descubierto, a través del siguiente sistema de evaluación, que se puede organizar la información de una manera sistemática que permita comparar las distintas opciones.

1. En una columna, sobre el margen izquierdo de una hoja de papel, haz una lista con las condiciones que tu decisión debe reunir.

Si estás eligiendo la dirección de tu carrera, la lista debería incluir declaraciones acerca de tus intereses, valores y aptitudes, así como de los requerimientos específicos tales como el salario mínimo inicial que aceptarías, o la duración máxima del período de entrenamiento que estás preparado a afrontar.

Si te encuentras eligiendo el programa de entrenamiento, cataloga tus preferencias en cuanto al ambiente de aprendizaje, ubicación, costo, etc. Es probable que también desees tener en cuenta la opinión de los empleadores para con cada uno de los programas de entrenamiento.

1. Organiza tu lista de requerimientos desde los más importantes hasta los menos importantes. Si quieres, puedes colocar una estrella en los más importantes.
2. grega más columnas para cada una de las opciones que estés considerando seriamente.
3. En cada columna, anota cuánto satisface cada opción a los requerimientos que has enumerado. Si no sabes cuánto satisface una opción a un requerimiento particular, necesitas realizar más investigación para determinarlo.
4. Cuando hayas comparado todas las opciones para cada requerimiento, las ventajas y las desventajas de cada opción deberían hacerse bien evidentes.



Si estás buscando la brújula de tu carrera profesional, puedes utilizar el formato de la próxima hoja de evaluación para comenzar. Puede que tengas que copiarla a una página más grande, de modo que puedas agregar más columnas y darte más espacio para insertar comentarios. Si todavía estás confundido, muestra tu hoja de evaluación a aquellos que más respetas, y discute las opciones con ellos.



































































































































































































































































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